La importancia de la música en el desarrollo personal

 Desde tiempos inmemorables la música ha sido parte de la historia y de nuestras vidas, con los gritos de animales en respuesta a sus instintos como primeras manifestaciones según Darwin, a la enseñanza más formal incorporada por los Griegos (Bernal y Calvo, 2000). A través de los años, su importancia ha ido evolucionando hasta llegar a los tiempos actuales, donde ha formado parte de manera significante en el desarrollo de los sujetos, sin embargo este progreso se ha visto disminuido, ya sea por no conocer sus beneficios o por algún motivo cultural. ¿Pero deberíamos realmente considerarla como algo sustancial para nuestro desarrollo?

  Actualmente, muchos de los docentes desconocen la variedad de beneficios que trae la música al desarrollo humano, ya sea por falta de interés o por una mala preparación, a pesar de que existen numerosas fuentes que lo respaldan. Diversos personajes del mundo de la música han estudiado este arte y sus beneficios. Otros personajes se han se enfocado en su enseñanza formal con diferentes métodos.

 Por ejemplo, María Victoria Casas en su artículo “¿Por qué los niños deben aprender música?” hace un trabajo exhaustivo entorno a los beneficios de ésta para la mejora del aprendizaje en diversas áreas. Casas propone que “los distintos planos cognitivos, así como el psicomotor y afectivo pueden verse favorecidos al iniciarse de manera temprana en el aprendizaje de la música” (Casas, 2001). En el plano cognitivo, por ejemplo, se favorece el desarrollo del razonamiento lógico-matemático, la creatividad y el pensamiento flexible; en el plano psicomotor la ejecución de instrumentos desde temprana edad favorece el desarrollo de la motricidad fina a la vez que aprende a valorar sus destrezas y aumenta su autoestima (plano afectivo). Janet Mills concuerda con lo beneficiosa que resulta la música en el desarrollo del autoestima y agrega que los docentes debemos ser capaces desarrollar el autoestima en nuestros estudiantes ya que “los niños logran más cuando se los estimula a pensar de una manera positiva en sus habilidades y logros, consiguiendo al mismo tiempo un mayor desarrollo” (Mills, 1997)

 

 Garretson por su parte, menciona que la música puede utilizarse con fines terapéuticos y propone que la musicoterapia “puede usarse para remediar problemas de aprendizaje, ayudar a los niños a aprender las interacciones sociales adecuadas, contribuir a motivar a niños que sufren trastornos emocionales o incapacidades formativas, auxiliar a los niños a corregir sus problemas perceptivos y motores […]” (Garretson, s.f) entre otras situaciones. Además, postula que la practica vocal e instrumental permite mejorar la postura y la respiración abdominodiafragmática correcta, y que la pertenencia a conjuntos musicales favorece el desarrollo social en ámbitos como el respeto y la colaboración.

  Por otra parte, y volviendo a la problemática inicial, no tan solo se hace imprescindible el estudio sobre los beneficios en distintos ámbitos que tiene este arte sobre los sujetos, sino que también su enseñanza y la manera en que se enseña forman parte importante del desarrollo personal. Por ejemplo, la integración de la música popular y el folklore a la educación formal, potencia el desarrollo integral ya que rescata elementos culturales propios de una nación y fortalece el carácter nacionalista. Esto se puede evidenciar en uno de los métodos para la enseñanza musical, el método Kodály el cual considera que “el valor de la educación musical está en el ejercicio musical activo […] como contribución a las facultades del niño” (Pascual, 2002. pp.125), así a través de ésta el alumno aprende de manera más contextualizada, acercándolo a cantos más familiares puesto que el niño viene desde su hogar con un repertorio ya integrado y este es el que se rescata posteriormente en la escuela, manteniendo siempre una relación firme entre los conocimientos previos y el que adquirirá posteriormente en la institución.

  Como este método existen otros que apoyan la enseñanza musical y que contribuyen a al desarrollo personal, como lo son Orff y Dalcroze, ambos con un punto en común, la importancia del cuerpo al aprender música, conocerse y expresarse mediante éste es trascendental al estudiar el arte, lo cual contribuye al desarrollo del área motriz, mental, la coordinación, etc., porque pone en juego al mismo tiempo mente y cuerpo al trabajar, además de aprender a su vez los elementos de la música, como por ejemplo el ritmo, vital en los dos métodos (Pascual, 2002).

  Es circunstancial para los maestros conocer esto, puesto que, tal como menciona Gardner en su teoría sobre inteligencias múltiples (Hernández, s.f), existen varios tipos de inteligencia y el niño puede desarrollar una más que otra, entre ellas la inteligencia musical, y qué mejor que potenciar al estudiante en esta área conociendo el impacto que tendrá la música para su desarrollo. Debemos ser capaces de atender a todos los educandos cada uno con necesidades particulares y cubrirlas.

   Así, tenemos que la música cumple un rol importante durante el desarrollo. No tan solo los planos cognitivos se hacen necesarios cultivarlos, sino que también los afectivos, psicomotores, la forma en que nos expresamos, etc., este último punto depende de cada sujeto y muchas veces podemos recurrir a la música como medio de expresión para manifestar nuestras emociones.

 Como docentes debemos tener conocimientos de estos beneficios de la enseñanza musical y prepararnos bien en este ámbito para así poder llevar a cabo una metodología acorde a las necesidades de nuestros estudiantes, guiarlos, facilitar las herramientas adecuadas para que estos puedan explorar sus capacidades y potenciar las áreas necesarias para ayudar a enriquecer su crecimiento, logrando así un desarrollo integral.

 

Bibliografía:

Bernal, J. Calvo. M. (2000). Didáctica de la expresión musical. En: Fundamentos didácticos en las áreas curriculares. Cap. 5. Síntesis.

Casas, M (s.f). ¿Por qué los niños deben aprender música?

Garretson, R. (s.f). La música en el plan de estudios de la escuela moderna.

Pascual, P. (2002). El método Dalcroze. En: Didáctica de la música. Cap. 5. Pearson.

Pascual, P. (2002). El método Kodály. En: Didáctica de la música. Cap. 6. Pearson.

Pascual, P. (2002). El método Orff. En: Didáctica de la música. Cap. 9. Pearson.

Hernández, D. (s.f). Las Inteligencias Múltiples. Rescatado el día 15 de Abril de 2012 desde http://www.psicologia-online.com/infantil/inteligencias_multiples.shtml

  

Carla Chandía

Karin Llanao